«Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a
los hombres en quienes él se complace.»
Queridos Hermanos/as:
Un nuevo año, celebramos el acontecimiento más importante de la historia de la humanidad, Dios se hace hombre, para la salvación del mundo.
El Pueblo de Israel esperaba un Mesías salvador venido con poder, triunfante con los enemigos del pueblo, un rey más fuerte que David...y se encuentra a un recién nacido pobre, acostado en un pesebre.
En lugar de manifestarse a los poderosos, a los políticos, a los clanes religiosos, a los sacerdotes, a los magnates, resulta que sorpresivamente se manifiesta a unos humildes pastores que eran los marginados de aquel tiempo.
Pero Jesús no nace entre oros ni palacios, Jesús nace en un pesebre, de la forma más humilde; su nacimiento no es anunciado a Reyes ni poderoso, sino a pastores que están en medio del campo, con la señal del Ángel anunciador: Hallaréis al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Lucas 2:15-20
Un niño envuelto en pañales en un pesebre ¡ y es Dios ¡, que cosa mas contradictoria, Dios se hace hombre y nace en un pesebre, pero a la vez, que cosa mas bonita, Dios que viene a salvar a la humanidad, se hace todo en la nada.
Dios se hace todo en medio de la nada, en medio de una aldea perdida en el campo, en un pesebre, entre gente llana y sencilla. Y su madre, María, que desde un primer momento entrego su vida a Dios cambiando sus planes, guardaba todas esas cosas y las meditaba en su corazón.
Queridos Hermanos, aprovechemos este tiempo de Navidad para imitar a Maria, especialmente en este año de la Fe, digamos sí al Señor, sin miedos, de una forma firme y comprometida, desde la humildad, con un corazón sano y entregado a su Palabra.
Vivimos tiempos difíciles, la brutal crisis que atravesamos, esta haciendo verdaderos estragos en nuestra sociedad, pero a la vez, vivimos un tiempo propicio para orar al padre, para pedirle por todos aquellos que sufren duramente cada día. Si ponemos a Cristo en el centro de nuestra vida, todo pasa con más calma.
Aprovechemos este tiempo, como tiempo de preparación, de reencuentro, y sobre todo glorifiquemos a Dios, como los pastores, contemos al mundo que Dios ha nacido.
Feliz Navidad y feliz año 2013
Vuestro Hermano Mayor
José María Palma de los Santos
